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SPECIAL FEATURE.COMENTARY: BY: Raquel Herrera Ferrer |
The truth is that I'm a neophyte guest to these kind of events, so I find it hard to give an opinion I believe I can maintain in time without blushing for my naivety. Nevertheless, I'd like to give it a try considering my experience as audience/ attendee to multiple festivals, both to institutional activities as well as to initiatives regarded as peripheral and independent. I'm very interested in focusing on the last point, since most and the most important talk throughout Interactiva was of periphery vs center, dependence vs independence and of course about the chances of survival for off-centred and unconventional projects such as Interactiva itself. I was surprised, from my let's call it "barcelonian" point of view, of the constant debate articulated around "postcolonial" issues, and of how a biennal like Interactiva wasn't considered only as an "act of faith" but as a "political act" too. However, I have the impression that this double approach vertebrating the possible interpretations of the sense, survival and sustainable quality of Interactiva towards its future would put aside a very important reverse: independence as a choice, as a preference, as a "relief" from a pressing and suffocating art "Establishment". And there's where I saw two diverging types of works: those spinning around the idea of "being left outside" ("they just don't understand"), and those circulating more or less successfully, but eager and enthusiastically, outside the circle. And despite I could learn a lot from the postcolonial conversations I listened to, I felt compelled to defend the second point of view for being far a lot more proactive and constructive. Moreover, at certain points I missed that beyond all the good intentions generated by everyone, the charming and incomparable attention received from all the Merida team and their friends, the "virtual combat" between "them" and "us" was stopped to talk about how a bunch of crazy, risk-taking people decide to send their works and/or visit Mérida, Yucatán themselves, and how those "elective affinities" could generate a community beyond the habit of complaining. As I can't go into detail in the postcolonial debate that took place there –in the same way as I was out of the Empyre debate, not because I wouldn't have an opinion of my own but because postcolonialsm isn't the conceptual axis of my view of the world-, I champion for extending the contacts and networks initiated in the biennal considering the potential of "exponential diffusion" each of the attendees had, and I believe that any organisation of events of this kind should be responsible for "pampering them" to safeguard its future. And this what accounts for title of this post: during Mr Tamale's (vj artist) funny performance, we could sometimes hear in the loudskeapers a voice calling "Merida does exist!". This joke-declaration of principles isn't only to be understood as opposed to new media art in Mexico City, or to an eventually stable circuit in the US, but to be related to the ability of having attracted to this city, Mérida, where we tried to grasp Interactiva's position and to comprehend (us in) its social, economic, political circuit... something that's not easy but frankly stimulating. I'll be glad to read any comments on Merida's existence whilst I think of other questions referring the biennal I might elaborate on in the next days. P.S: I also suggest a "reading itinerary" to contextualize the biennal up to this day: 1) Heidi Figueroa, Lo político en Interactiva '03 (ESP) 2) Discussion Border Crossings Blurring La Frontera in Empyre, April '05 (ESP/ENG) 3) Indymedia México, El arte en Mérida parece estarse monopolizando (ESP) Originally posted by Raquel Herrera @ 11:07 PM at Tempus Fugit
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Recientemente se ha actualizado la página web de Interactiva 05 con los correspondientes, enlaces, ensayos, y algunas fotografías. Quizás haya llegado pues el momento de que dé mi opinión sobre el asunto. La verdad es que como neófita en la asistencia como invitada a este tipos de eventos me resulta bastante difícil ofrecer una opinión que crea que vaya a ser perdurable en el tiempo y no motivo de sonrojo. Lo que sí puedo hacer, no obstante, es opinar en virtud de mi experiencia de asistente habitual a múltiples festivales, tanto a actividades de marcado carácter institucional como a iniciativas ubicadas de modo periférico e independiente. Me interesa mucho destacar este último punto, ya que sí de una cosa se habló mucho, muchísimo, en el transcurso de Interactiva, fue de periferia vs centro, de dependencia vs independencia y por supuesto de las posibilidades de supervivencia que pueden tener las iniciativas que salen del centralismo y de la norma como podría ser la propia Interactiva. Me sorprendió desde digamos mi "barcelonismo" el debate constante que se articuló entorno a cuestiones "poscoloniales", y de cómo en estos términos una bienal como Interactiva constituía no solamente un "acto de fe", sino también un "acto político". Sin embargo, tengo la impresión de que este planteamiento que vertebraba una y otra vez las eventuales interpretaciones sobre el sentido, la pervivencia, la sostenibilidad de Interactiva de cara al futuro dejaba de lado un reverso muy importante: la independencia como elección, como preferencia, como alivio frente a un establishment que aprieta y a menudo ahoga. Y aquí es donde yo vi dos líneas de trabajos muy distintas: las que daban vueltas y vueltas entorno al rechazo de "haber sido dejado fuera" ("ellos no lo entienden"), y las que circulaban con mayor o menor éxito, pero siempre con ganas y entusiasmo, fuera del círculo. Y aunque vi que podía aprender mucho de las conversaciones escuchadas en primera instancia, sentí que debía adscribirme a la segunda postura por considerarla más proactiva y constructiva. Además, eché en falta en ciertos momentos que más allá de las buenas intenciones generadas por todos, del trato encantador e incomparable de todo el equipo de Mérida y allegados, se detuviera por un momento el "combate virtual" entre "ellos" y "nosotros" para hablar de cómo una serie de personas, más o menos alocadas o más o menos amantes del riesgo, deciden enviar y/o visitar Mérida, Yucatán y cómo esas "afinidades electivas" podrían generar una comunidad más allá del hábito de la queja. Como no puedo ahondar en el debate postcolonial que se llevó a cabo -del mismo modo que estuve fuera del debate de Empyre, no por no poder opinar en uno u otro sentido, sino porque el postcolonialismo no es el eje conceptual de mi cosmovisión- abogo por extender los contactos y redes iniciados en la bienal considerando el potencial de difusión exponencial que tenemos cada uno de los asistentes, y que creo que cualquiera organización de eventos tendría la responsabilidad de mimar para salvaguardar el futuro de experiencias de este tipo. Y de ahí explico el título de este comentario: durante la divertida performance de Mr Tamale, artista vj, se escuchaba a ratos por los altavoces "¡Mérida sí existe!" Esta broma-declaración de principios debe entenderse no solamente en oposición al arte digital del DF, o a un eventual circuito estable en EEUU, sino en relación a la capacidad de habernos atraído a esta ciudad donde intentamos comprender el papel de Interactiva y comprender(nos en) su circuito social, económico, político... que no es cosa fácil pero sí muy estimulante. Me encantará recibir cualquier comentario sobre la existencia de Mérida, mientras pienso otras cuestiones referidas a la bienal que quizás comente más adelante. P.D: También propongo un itinerario de lecturas para contextualizar Interactiva hasta la fecha: 1) Heidi Figueroa, Lo político en Interactiva '03 (ESP) 2) Discusión Border Crossings Blurring La Frontera en Empyre, abril '05 (ESP/ENG) 3) Indymedia México, El arte en Mérida parece estarse monopolizando (ESP) Originally posted by Raquel Herrera @ 11:07 PM at Tempus Fugit |
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